Independientemente de cuál sea la alternativa de planificación que utilicemos (proyecto, unidad didáctica, taller, etc.), se requieren elementos que no deben ser omitidos por su importancia para el desarrollo educativo. Uno de ellos es la planeación, la cual debe ser un proceso dinámico, abierto y flexible en el que hay que tener presente unos elementos básicos:
- Los condicionantes (los alumnos y el entorno).
- La finalidad (competencias a desarrollar.
- Los medios (la selección de contenidos), la organización, la agrupación y los recursos (espacios y lugares, los materiales y el tiempo).
- La metodología.
- La evaluación.
- Es necesario tener un previo conocimiento de los alumnos, en donde exista confianza y que exista la planificación docente, en donde nos preguntemos:
¿Qué se pretende lograr?
¿Qué se espera que conozcan y sepan hacer?
¿Qué actividades se pueden realizar para lograrlo?
¿Cómo utilizar los espacios?
¿Qué material es necesario y permite emplear?
¿Cómo organizar el trabajo y dividir el tiempo?
¿En qué aspectos se requiere apoyo?
En el caso del método de proyectos, uno de sus propósitos es la libertad de acción que los alumnos deben tener en la construcción de su conocimiento, la motivación. Y basarse en la acción:
¿Qué queremos hacer? Y ¿Cómo lo hacemos?
¿Qué queremos hacer? Y ¿Cómo lo hacemos?
Pretende la construcción del conocimiento de los estudiantes en tareas concretas con acciones concretas, pretendiendo, la vivencia de su propio desarrollo, ya sea en lo individual y/o colectivo.
Implica trabajar en un tema disciplinar o interdisciplinar, tomando en cuenta diversas fuentes de información. Se proponen diferentes actividades encaminadas a la elaboración de un producto final. Se parte de lo personal y cercano (ideas previas) a lo más complejo, respetando los diferentes niveles de aprendizaje.
Con esta metodología se favorece la motivación y el aprendizaje, puesto que se tiene en cuenta la diversidad de intereses y de estilos. Promueve el aprendizaje significativo haciendo que el alumno promueva su propio aprendizaje.
favorece la colaboración entre alumnos por el trabajo en grupo.
En sí, el aprendizaje por proyectos es un proceso activo que posee flexibilidad que se puede y debe, en caso necesario, adapta. Basándonos en los alumnos, en el trabajo y en la disposición de recursos.
Es un trabajo que deberá ser organizado y cuyas fases son: la planificación, la ejecución y la evaluación.